En principio la
menstruación es un hecho fisiológico oculto por y para la sociedad. No tienes
más que ver los anuncios de compresas con líquidos azules ¿quién menstruará
azul? Y cuya última finalidad es que no te notes, no traspase y no sientas que
estás menstruando. Pantalones ceñidos color blanco, minifaldas, cruces de
piernas, chicas en la piscina o en biquini… cualquier cosa con tal de que no se note que tienes la
menstruación. Desgraciadamente este hecho no es solo publicitario, sino que a
veces llega hasta el ámbito más privado e íntimo de la casa. Madres que no
hablan con sus hijas de lo que significa para ellas la menstruación cada mes.
Frases desafortunadas como: “Estoy mala” para referirse a la menstruación,
silencios y discreción con la compresas… que la menstruación desaparezca, que
no se note y esté presente es un clásico de nuestra sociedad. Así que, más o
menos, llegamos a la pubertad y a la menstruación sin demasiada idea de lo que
significaba. Con un poco de suerte, nuestros padres nos contaron la parte
médica, científica, técnica de la menstruación. Pero… ¿es suficiente?
Hagamos un fácil ejercicio. Recuerda
¿cómo fue tu primera menstruación?, ¿con quién estabas?, ¿qué sentiste
(vergüenza, seguridad, rabia, culpa, poder, alegría…)?, ¿qué te contaron?,
¿Cómo viviste este hecho?, ¿A quién se lo contaron?, ¿Cómo te miraban?, ¿Cambió
algo a partir de este hecho?, ¿Te acompañó una mujer con conocimientos y te
permitiste expresar todas tus dudas, temores y emociones?, ¿Hicieron como que
no ocurría nada?, ¿Fue un hecho a tapar?, ¿Te dio vergüenza contarlo?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario